sábado, 25 de julio de 2015

Pecados del capital

Hace muchos siglos, la Iglesia dio forma a una glosa de siete conductas teratogénicas que condenó y se dedicó a combatir, con bastante éxito donde ella siempre operó, en las clases bajas.
Pero al consolidarse hace media centuria el hipercapitalismo que nos convierte a todos en ricos y poderosos, esto se invirtió y esa lista pasó a ser de virtudes. Así que desde los poderes sociales, hoy se enseña, estimula y premia todo lo que sea codicia, vanidad, lujuria, ira, soberbia y gula.
Queda afuera la pereza, precisamente porque atenta contra la frenética hiperactividad que da sustento a las otras categorías. Entonces, la pereza debe ser el antídoto de la locura actual, por lo que no estaría mal entregarse de lleno a su práctica profunda.

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