viernes, 17 de julio de 2015

JUVENTUD, DIVINO TESORO

La juventud es un estado existencial vital y energético, el más hermoso de la vida toda. Y es bueno luchar por conservar todo lo que se pueda de esa vitalidad hasta el final.
Pero también es un estado de incompletud mental, parcializado por la ignorancia y la inconsciencia de muchos aspectos de la vida que se comprenderán más adelante. Por eso es que el mundo siempre estuvo regido por los valores de una madurez que sólo viene con los decenios.
Hoy en cambio, imperan los criterios juveniles de banalidad, de inmediatez, de perpetua diversión, de despilfarro de aquello que los mayores han logrado y que luego heredaremos. Vivimos una sociedad que es vieja y quiere ser joven, pero elige las cosas de la juventud que menos le convienen: la primera, una irresponsabilidad que impregna hasta las instituciones, Estado incluido.
Se inmprovisó un mundo joven, un mundo en el que se vive como joven y se quiere ser joven hasta el último día. Hoy todos somos jóvenes.
Estamos todos borrachos.

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