viernes, 17 de julio de 2015

La caída de las certezas

 Llego a advertir en FB algo que entiendo beneficioso: la confirmación de las pocas posibilidades que por naturaleza tenemos los humanos de lograr lo que concebimos como 'el conocimiento' o 'la verdad total'. Si se analiza el océano de frases hechas que lo constituye, se verá que cada una que suena como una gran verdad tiene otra opuesta o negadora que también aparece como incontrovertible. O sea, que una cosa es verdad, y otra cosa que niegue a la primera, también lo es.
Por esta razón, por esta dificultad intelectual que tenemos como especie, es que siempre la verdad, la razón y la justicia han sido imposiciones arbitrarias del poder imperante. Adscribir a grandes verdades requiere del fanatismo para poder rechazar y perseguir todo aquello que se le opone. Vivir con certezas es vivir en contra de muchos otros, y esto se ve claramente en las religiones, por ejemplo.

La verdadera inteligencia es bajarnos de nuestra clásica soberbia para reconocer la poca inteligencia que tenemos, y asumir como estilo de vida una perenne búsqueda en medio de la confusión, sabiendo que cada certeza que logremos sólo será parcial y transitoria.
Aceptar la incerteza como parte esencial de nuestra condición nos llevará a vivir en la socrática idea de que no vemos y no sabemos, lo cual será, aunque parezca contradictorio, el comienzo de una vida más adentrada en la realidad.

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